“En solo 70 años triplicamos la cantidad de habitantes en el planeta por lo que la energía es uno de los principales problemas de la actualidad y la Antártica tiene escondidas algunas soluciones que pueden ayudar”, sostuvo el director del Instituto Antártico Chileno.
El continente antártico posee condiciones climáticas y geológicas que difícilmente se encuentran en otros lugares del planeta. Especies expuestas al congelamiento, una alta radiación ultravioleta, condiciones de salinidad extrema, temporadas de poca luminosidad, fauna con anticongelantes en la sangre para que pueda fluir; sobreviven en este lugar que la ciencia considera un laboratorio natural para realizar investigaciones en diversas áreas del conocimiento.
Si a lo anterior sumamos que el calentamiento global se expresa aquí con mayor fuerza que en cualquier otra parte del orbe, su atractivo se vuelve aún mayor. En solo 50 años, la temperatura superficial en la Antártica aumentó tres grados Celsius: cinco veces más que el promedio del planeta.
Una oportunidad para la ciencia que aún no es explorada en su totalidad y en la que Chile juega un importante rol. El Programa Nacional de Ciencia Antártica impulsa programas de investigación que permitan conocer más a fondo el continente principalmente desde 5 áreas: medio ambiente, relaciones internacionales con Sudamérica, microbiología, biodiversidad y cambio climático”, destaca el Dr. José Retamales, Director del Instituto Antártico Chileno.
La Dra. Angélica Casanova, expositora en este Café Científico, se dedica precisamente a estudiar los efectos del calentamiento global sobre la flora antártica. “Encontramos musgos y líquenes, y pastos como la Deschampsia Antártica, que coloniza los lugares libres de hielo y puede soportar hasta -27°C”. La investigación de cómo estas especies sobreviven entre este entorno tan hostil, explica, puede llevarnos a aplicar ese conocimiento en especies agrícolas y soportar más heladas, destaca la académica.
De esta manera, la investigación antártica puede entregar más luces para aumentar la resistencia de ciertas especies o incluso nuevas formas de conseguir energía. El Dr. Retamales plantea que “en solo 70 años triplicamos la cantidad de habitantes en el planeta por lo que la energía es uno de los principales problemas de la actualidad y la Antártica tiene escondidas algunas soluciones que pueden ayudar”. Como ejemplo, el Dr. Retamales explicó que “para producir celulosa o leche sin lactosa a nivel industrial necesitamos alcanzar temperaturas sobre los 70 grados celsius. En la Antártica hay un reservorio de enzimas, levaduras y otros microorganismos que nos podrían ayudar a producir eso mismo a temperatura ambiente”.
El director del INACH, además estimó que a fines de siglo la Antártica podría ser un continente explotado para la producción de energía si es que no se descubran nuevos métodos de producción. “Son pocos los rincones que no han sido destinados a la exploración de recursos en el planeta y este es uno de ellos. Yo probablemente no voy estar cuando eso ocurra, creo que podría ser a fines de siglo, pero me parece muy difícil que la Antártica pueda seguir siendo un continente como lo conocemos ahora”.
El próximo Café Científico se realizará el jueves 13 de diciembre y abordará el potencial de las algas para producir biocombustibles, biomateriales como el papel antibacteriano, y alimentos funcionales.
0 comentarios
Posts a comment